Yo soy el pueblo, la chusma la multitud, la masa.
¿Sabéis que, todas las grandes obras que existen en el mundo las he hecho yo?
Soy el obrero, el inventor, el que fabrica los alimentos y los
vestidos del mundo.
Soy el público de la Historia. Los Napoleones y los Lincolns
han salido de mí. Ellos mueren, y entonces yo mando a buscar
más Napoleones y Lincolns.
Soy la semilla de la tierra. Soy una pradera que soportara
muchas labranzas. Terribles tempestades pasan sobre mi. Yo olvido. Lo mejor
de mí es chupado y consumido. Yo olvido.
A veces gruño, sacudo mi cuerpo y esparzo algunas gotas rojas
para que la historia recuerde. Luego me olvido.
Cuando yo, el Pueblo, aprenda a recordar; cuando yo, el Pueblo,
aproveche las lecciones de ayer y no me olvide de quien me robó el año pasado
o me tomó por tonto... no habrá entonces en el mundo ningún orador que
diga: "El Pueblo" con un acento de burla en la voz o sonriendo
despreciativamente.
La chusma, la multitud, la masa... entonces llegara.
Carl Sandburg, es uno de los poetas norteamericanos mis vigorosos de todos los tiempos. Hijo de inmigrantes suecos, antes de ir a la escuela a los 20 años, cumplió los más variados oficios: mozo de cuerda, ayudante de peluquero, aprendiz de alfarero y obrero en industria, La fama universal de Sandburg arranca de sus “Chicago Poems" de 1914 que al aliento mesiánico de Walt Whitman, añaden un amor por las grandes masas ciudadanas que Sandburg conocía tan bien. A partir de ese momento hasta su muerte, en años recientes, se convirtió en un Juglar de la ciudad moderna, recitaba sus poemas en calles y plazas, en auditorios obreros y en los barrios pobres. ---------------------------------------------------------------------------------------
Gracias a Martín, compañero de ruta, pude conocer este poema de Sandburg. ¿Estaremos aprendiendo a recordar?
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