A viajar

"Sólo sé que nada sé... y ni de eso estoy seguro". El viaje por el camino del conocimiento es un trayecto largo, infinito, inalcanzable ...
La aventura del conocimiento existe, pero no tiene fin, cada etapa terminada, implica un renacer, un nuevo comienzo..."

viernes, 4 de mayo de 2007

Requiem para Marcelo

Temprano levantó la muerte el vuelo,

temprano madrugó la madrugada,

temprano estas rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,

no perdono a la vida desatenta,

no perdono a la tierra ni a la nada ...

... A las aladas almas de las rosas

de almendro de nata te requiero,

que tenemos que hablar de muchas cosas,

compañero del alma, compañero. (*)

A Marcelo, compañero y amigo en tránsito.

¿En tránsito hacia donde? Si a las creencias que compartimos con Marcelo nos remitimos, podríamos decir que “a otra forma de organización de la materia”.

Creencias que nos llevaron a conocernos y ser compañeros de militancia, allá por los 80, él venía de antes y lo respetábamos por su trayectoria y por lo que transmitía.

Si bien no tuve la oportunidad de militar a su lado, ya que estábamos en distintas facultades, pude compartir algunas cotidianeidades, como el sufrir el bramido de un “despertador” casero armado con un timbre de campana para vivienda, difícil de despertar el gringo.

Fué de esos, cuyo convencimiento y entrega fué total, absoluta, lo sabemos porque lo vivimos de igual manera, muchos de los que nos sumábamos al PSP, a través del MNR en aquellos años, tan total y absoluta que no nos permitió ver que la realidad del partido no era tan perfecta como creíamos. Pero más tarde o más temprano, se derrumbó la ficción que nos sostenía, los que nos sentimos engañados y estafados, pudimos comprender lo que sintió Marcelo, que de allí en mas ejerció una crítica implacable.

La vida nos llevó por diferentes senderos respecto al partido, mas nunca nos separó en cuanto a ser socialistas. Y con el tiempo, pudimos disfrutarnos de otra forma, sin preconceptos, sin mitos. Él y un puñado de viejos compañeros de los 80, nos constituimos en “La sociedad de los marxistas muertos”, un espacio de amistad, debate político y mucho chupi y morfi. Encontrarnos significaba embarcarse en discusiones que podían ir de lo jocoso a lo ríspido, siempre entonados por unos buenos vinos. Muchas veces nos calentamos de más, pero aún así ello nunca fue bastante como para querer renunciar a ese encuentro. Encuentro que seguramente no volverá a ser igual, pero que estoy seguro seguiremos cultivando y en el que siempre estarás presente “comandante”.

Sos el segundo de mis amigos que se va antes de tiempo, y se siente tan injusto, que tu tránsito se hace mucho mas doloroso, estoy seguro que pronto la “sociedad” se reunirá a brindar por vos, y hasta me animo a recordarte con una rosa roja y un puño apretado, quien mas que vos pueden darle sentido a esos símbolos tan queridos y tan bastardeados.

Un abrazo, compañero.

(*) Fragmentos de Elegía de Miguel Hernández.

P. D.: Si bien algunos de ustedes no conocieron a Marcelo Moro, me pareció valedero que tuvieran una idea de quien es este amigo y compartir con ustedes un sentimiento.

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